¿Puede un pobre llegar a ser rico?

¿Existe un secreto para la riqueza? ¿Puede cualquier persona llegar a ser rica financieramente? No es una metáfora de nada, es lisa y llanamente, riqueza material. ¿Qué pensás?

De muy chico, estando en la primaria o incluso quizás antes, mis padres, hijos de familias que huyeron de las grandes guerras mundiales "con una mano atrás y otra adelante", me enseñaron la cultura del ahorro y del trabajo. A través de repetidas historias como la de los "20 dólares" que pudieron ahorrar en un mes en la hiperinflación del ´89-90, o hasta permitirnos salir a vender los limones que daba el limonero de casa, que eran muchos más de los que podíamos consumir. Allí aprendí mis primeras nociones de la importancia del mercado, donde unos venden lo que tienen en exceso, para poder comprar lo que les falta, y así todos ganan. Sumado a ello, la ciencia que estudié, la economía, tiene mucho de finanzas, lo que me permite a diario analizar cómo, donde, y cuando invertir. Sin embargo, la base de todo ello es una y solo una cosa: la disciplina. El orden, la constancia, la tenacidad, la voluntad, hacen de una persona un ser disciplinado. Para ser rico financieramente se necesita disciplina financiera, tanto así como presumo, para ser rico en valores, o de espíritu, se necesita disciplina en dichas áreas.

Cuando fundamos la primer empresa, APL inmobiliaria, hace ya aproximadamente unos 10 años junto a mis socios, hice una planificación financiera, calculando aproximadamente los esfuerzos necesarios para poder crecer, y a futuro poder vivir de nuestra empresa holgadamente. Incluso, calculé la cantidad de puestos de trabajo que podíamos crear por cada "X" cantidad de dinero que pudiésemos generar. Entendía claramente que la empresa cumple, al menos a mi juicio, el rol social más importante de todos: generar trabajo, bienes y servicios para una sociedad. Aproximadamente durante 5 años no sacamos un solo peso de la empresa, para que cada peso que ganábamos sea reinvertido.

Con el pasar de los años los objetivos se fueron cumpliendo, quizás no con la suavidad y constancia con que los había planeado, pero si, en promedio, alternando buenos y malos años, se fueron dando. Todo ello, incluso con las brutales embestidas de la economía y la voracidad fiscal desenfrenada del estado. Pero algo faltaba.

A mi alrededor, veía gente de todo tipo desde el punto de vista financiero: personas que ganan poco dinero, otras una cantidad moderada, otras mucho, y sin embargo, en su mayoría, todas eran pobres. Porque la pobreza financiera no depende exclusivamente del flujo mensual, sino en su mayoría, de la administración del patrimonio y ese ingreso. Entonces comencé a sentarme con mis empleados y con otras empresas, a tratar de educar en esta materia. Y los resultados fueron tan extraordinarios, que los casos empezaron a multiplicarse. ¿De qué se trata el ejercicio?

En primera instancia, plantearse un objetivo, para lo cual uno quisiera ganar dinero. Es importante recordar que el dinero no es el fin, sino un medio para alcanzar muchos sueños: viajar, tener una casa propia, dejarle algo a tus hijos, vivir tranquilamente, poder manejar tus horarios o incluso renunciar a aquello que no te gusta hacer, ayudar a otros, tratar enfermedades, etc. Les brindo una serie de herramientas para disciplinarse financieramente y en su trabajo, y por último, les muestro cuanto tiempo les llevaría alcanzar el objetivo planteado, en un simulador que fabriqué, y el resultado es muy simple. Si tu sueño, por ejemplo, implicaría reunir un patrimonio de 150.000 dólares, como podría ser para comprar 3 departamentos para tus hijos, o poder vivir de tus ahorros y no trabajar más en aquello que no te gusta, o viajar 3 o 4 veces al año al exterior, no tenés más que ahorrar 1.000 dólares anuales e invertirlos en algo que te genere 20% anual de rendimiento, cosa que muchos, incluido yo, podemos lograr. Al cabo de 17 años, ya habrás conseguido el objetivo. Y eso, solo con ahorrar 1.000 dólares anuales e invertirlos. Si fueran 2.000 dólares anuales, al cabo de 20 años ya tendrías 450.000 dólares, ¡que podrían darte una renta mensual de más de 600.000 pesos! ¿Acaso ya no serías rico con esa cantidad? ¿Seguirías trabajando en lo que actualmente haces? ¿Te irías más de viaje? ¿Descansarías mejor sabiendo que podrías atender necesidades de salud, o dejarles un mejor futuro a tus hijos?

Si tan solo nos enseñaran educación financiera en la escuela, la pobreza en este país sería otro cantar. No podrían pararnos ni bombas nucleares, ni tsunamis, ni vivir en el peor de los suelos del planeta, como es la prueba viviente de Japón, el emblema mundial de la disciplina. Asesórate, pregunta, busca a los mejores en finanzas, y cambia la cabeza, porque si llegaste a leer hasta acá, ya diste el primer paso.




Autor

Luciano Lecchini
LUCIANO LECCHINI

Licenciado en Economía
Corredor Inmobiliario
Mat Nº 0070

lucianolecchini@gmail.com
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